Día de regreso de la Villareal Yellow Cup; día de emociones encontradas, de ya recuerdos intensos.
Día marcado por la monotonía del autobús, aunque Fulgen hoy está marchoso y nos va amenizando con música machacona pero del agrado de los ¿niños?.
Terminamos cuatro días de convivencia intensa, donde y ante todo debemos agradecer el comportamiento ejemplar de toda la expedición, ya sean padres o niños. Desde aquí el más sentido de los agradecimientos y gratitud del Patronato de la Fundación, así como de todo el Club Polideportivo Cacereño.
Por supuesto también nuestro agradecimiento a Fulgen (al Autobusero) y a María José por estar siempre ahí a nuestra disposición.
Pero sobre todo y ante todo destacar a nuestros niños, objetivo final y único de todo este proyecto, todo agotamiento, todo sin sabor, se ve recompensado con creces al ver a los niños prepararse con ilusión, con ganas, pero también con nerviosismo, y por qué no también con algo de admiración, para enfrentarse a todo un primera división, el Villareal; algo poco frecuente y que para algunos posiblemente sea su única oportunidad.
Desde aquí y con la ‘resaca’ de lo vivido aún latente de nuevo GRACIAS
La Ribera del Marco en la Ciudad Deportiva del Villareal.
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